
La rinoplastia está indicada para corregir desproporciones de la nariz, debe mantener el equilibrio estético y preservar la naturalidad y autenticidad del rostro, y puede asociarse a una cirugía funcional (septoplastia, turbinectomía), que tiene como objetivo corregir problemas respiratorios.
Es importante tener en cuenta que cada persona tiene características genéticas muy particulares, con diferentes tipos de piel, cartílagos y formación ósea. Por lo tanto, no es posible elegir un modelo de nariz que no se adapte al perfil del paciente, sino corregir y hacer más armoniosa la propia nariz.
Las cicatrices de la rinoplastia pueden ser internas o externas, según la necesidad, pero siempre con pequeñas incisiones. En los casos en los que es necesario corregir las alas nasales, las cicatrices quedan en los surcos y en pocos días se vuelven bastante discretas.
La anestesia normalmente utilizada es la anestesia general, recordando que es el médico quien indicará la mejor anestesia para cada paciente. La cirugía dura aproximadamente de 2 a 3 horas y la hospitalización puede durar entre 12 y 24 horas, dependiendo de la anestesia utilizada y la recuperación del paciente.
En el postoperatorio se utiliza un apósito acrílico para cubrir y proteger la nariz durante aproximadamente 7 a 10 días. Generalmente no hay dolor después de la cirugía y, si se presenta, se alivia fácilmente con el uso de analgésicos.
El edema (hinchazón) y los hematomas son comunes y desaparecen gradualmente con el tiempo. También puede ocurrir dificultad para respirar y sangrado leve en las primeras horas, lo cual se considera normal y se absorbe con un apósito.
La recuperación postoperatoria es suave, requiriendo aproximadamente 15 días de reposo antes de regresar a las actividades profesionales ligeras. El regreso a las actividades físicas es gradual, alrededor de 1 mes para actividades menos intensas. Se recomienda evitar la exposición prolongada al sol durante 90 días.
En la rinoplastia existen varias fases postoperatorias, que van desde la retirada de vendajes después de la primera semana, pasando por un periodo de edema y hematoma en los primeros tres meses. Le recordamos que el cuerpo de cada paciente responde de manera diferente y estas fases pueden ser más largas o más cortas. Por eso es importante poder contar con un equipo cualificado y acogedor para ayudar al paciente en posibles periodos de ansiedad. El resultado postquirúrgico definitivo se consigue alrededor del sexto mes.