
El aumento de senos o la inserción de implantes mamarios normalmente se recomienda a pacientes que tienen senos pequeños o que se han sometido a una reducción mamaria después de amamantar. En algunos casos, puede ser necesario retirar piel junto con la inserción de prótesis. Esta cirugía se llama mamopexia con prótesis.
Los implantes se pueden insertar a través de diferentes incisiones, como la periareolar (a través de la areola), inframamaria (a través del pliegue mamario) y axilar (a través de la axila). La ubicación puede ser en diferentes espacios como subglandular o submuscular.
Existen varios tipos de prótesis, que varían en perfil, contenido y cobertura. Las prótesis pueden ser redondas o anatómicas (“de gota”), de silicona o solución salina (en este caso, las utilizadas para cirugías de reconstrucción mamaria tras mastectomía), texturizadas o lisas.
La elección de la mejor técnica y tipo de prótesis la realizará el médico junto con la paciente, buscando un aumento de las mamas que esté en armonía con el tamaño del tórax.
Durante el embarazo o la lactancia las prótesis no sufren cambios, sin embargo con el aumento de pecho la piel puede estirarse provocando que la mama se caiga. Las prótesis tampoco interfieren con la lactancia, pues independientemente de la ubicación, siempre estarán debajo de la glándula, no interfiriendo en el crecimiento del pecho y la salida de leche.
Las cicatrices son lo suficientemente grandes para acomodar la prótesis, suelen ser pequeñas, de buena calidad y discretas debido a su ubicación.
La anestesia generalmente utilizada es general. Recordando que es el médico quien indicará la mejor anestesia para cada paciente. La cirugía dura aproximadamente 1 a 2 horas y la estadía en el hospital es de 24 horas, dependiendo de la recuperación del paciente.
El resultado inmediato es muy bueno, pero es recién a partir del sexto mes que se consigue el resultado final de la cirugía con su forma definitiva. El edema presente en los dos primeros meses se debe reducir con el uso de un drenaje en los primeros días, el cual se retirará de acuerdo a la cantidad de secreción drenada, sujetadores postoperatorios por aproximadamente 30 días, y tan fundamental como el medidas mencionadas, el tratamiento de drenaje linfático. También es común que haya falta de sensibilidad en la región, que va regresando paulatinamente a medida que la hinchazón cicatriza y disminuye.
Los pacientes generalmente se recuperan sin dolor después de la cirugía, pero algunos experimentan una sensación de “estiramiento” y “opresión”, resultado de la presencia de la prótesis, e hinchazón, que desaparece gradualmente con los cuidados postoperatorios.
La recuperación postoperatoria tarda aproximadamente de 7 a 15 días, y en la primera semana el movimiento del brazo debe ser más restringido, no superando los 90 grados. Sin embargo, el paciente tiene movilidad suficiente para realizar actividades básicas como higiene y alimentación desde el primer día postoperatorio.
Las prótesis tienen una vida útil y sufren un desgaste natural, por lo que conviene sustituirlas. Con los avances tecnológicos, la calidad de las prótesis ha mejorado cada vez más, permitiendo aumentar el intervalo entre reemplazos, que puede darse de 10 a 20 años, dependiendo de una serie de factores que deben ser evaluados por el cirujano. Por eso es imprescindible realizarse revisiones médicas cada 2 años.