
La liposucción tiene como objetivo reducir el volumen de la grasa corporal localizada, proporcionando un mejor contorno corporal. Si el paciente tiene sobrepeso, se puede recomendar una pérdida de peso antes de la cirugía, ya que los mejores resultados se obtienen eliminando la grasa localizada. La eliminación máxima de grasa no puede superar el 5% al 7% del peso corporal. Las cirugías en áreas y volúmenes grandes tienen mayor probabilidad de dejar irregularidades.
En la lipoescultura se elimina la grasa, se purifica y se concentra. Luego de este proceso, la grasa se utiliza como injerto para aumentar o dar forma a otras zonas como los glúteos, arrugas faciales, depresiones de la piel, etc.
El cirujano analizará la elasticidad de la piel, la cantidad de grasa a retirar y un mapa para determinar las zonas que serán liposuccionadas o injertadas, determinando así el procedimiento quirúrgico.
Las cicatrices de la liposucción son pequeñas, de 5 mm a 10 mm, y se localizan en zonas ocultas, como los pliegues de la piel, dentro del ombligo o en la línea del bikini. Normalmente se utiliza anestesia general. Vale la pena recordar que es el médico quien indicará la mejor anestesia para cada paciente. La cirugía dura aproximadamente de 1 a 3 horas y la hospitalización puede durar hasta 24 horas, dependiendo de la recuperación del paciente.
El edema (hinchazón) y los hematomas son comunes en este tipo de cirugía y pueden causar molestias. Por tal motivo se utiliza un drenaje en los primeros días, el cual se retirará según la cantidad de secreción a drenar, y se recomienda el uso de fajas postoperatorias de manera ininterrumpida durante 30 días y de manera alternada luego de ese periodo. Y, tan fundamental como las medidas anteriores, el tratamiento con drenaje linfático. También es común que haya una falta de sensibilidad en la región, la cual es causada por el trauma de la cirugía, y que gradualmente regresa con el tiempo.
A medida que la absorción del edema mejora después del primer mes, es común que aparezcan áreas endurecidas y noduladas, resultado de la cicatrización interna (fibrosis). Este aspecto mejora hasta el sexto mes, periodo en el que la piel también se retrae, pudiendo estar indicado el uso de ultrasonidos en el tratamiento de fisioterapia postquirúrgico.
La recuperación postoperatoria ocurre en aproximadamente 7 a 15 días y la reanudación de la actividad física ligera puede ocurrir alrededor de la tercera semana, dependiendo de la evaluación del cirujano. El resultado final se consigue entre 6 y 12 meses después de la cirugía, dependiendo de la respuesta corporal del paciente y de los cuidados postoperatorios, como el mantenimiento del peso corporal y el tratamiento de fisioterapia postquirúrgico.