El hipotiroidismo y el lipedema pueden coexistir, dificultando el diagnóstico y el tratamiento. El hipotiroidismo, al ralentizar el metabolismo, favorece la acumulación de grasa y la retención de líquidos, lo que puede agravar los síntomas del lipedema.
Ambas condiciones comparten síntomas como aumento de peso, fatiga, inflamación y dolor. Esta superposición puede llevar a confusiones diagnósticas, retrasando el inicio de un tratamiento adecuado.
El abordaje debe comenzar con un diagnóstico preciso mediante análisis de la función tiroidea y evaluación clínica del patrón de distribución de la grasa. El tratamiento del hipotiroidismo con levotiroxina puede mejorar el metabolismo y reducir parcialmente los síntomas, aunque no actúa directamente sobre el lipedema.
Un enfoque combinado es ideal: control hormonal, uso de prendas de compresión, drenaje linfático manual, ejercicio adaptado y dieta antiinflamatoria. Este abordaje integral mejora los síntomas, previene la progresión de ambas condiciones y contribuye a una mejor calidad de vida.