El lipedema y la genética están estrechamente relacionados, ya que estudios han demostrado que esta enfermedad tiene un fuerte componente hereditario. Muchas personas con lipedema tienen antecedentes familiares de la afección, lo que indica que los factores genéticos juegan un papel clave en su desarrollo. A diferencia de otras condiciones relacionadas con la acumulación de grasa, el lipedema no está vinculado a hábitos alimenticios o a un estilo de vida sedentario, sino a predisposiciones genéticas que afectan la distribución del tejido adiposo. Aunque aún no se han identificado genes específicos responsables del lipedema, la evidencia sugiere que la herencia familiar es un factor determinante en su aparición. Comprender la relación entre lipedema y genética puede ayudar a mejorar el diagnóstico temprano y a desarrollar estrategias de tratamiento personalizadas para cada paciente.