Lipedema y embarazo

Lipedema y embarazo

El lipedema y el embarazo pueden coexistir en muchas mujeres, ya que esta enfermedad tiende a manifestarse o agravarse durante etapas de cambios hormonales intensos. Durante el embarazo, el cuerpo experimenta un aumento en los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que pueden influir en la progresión del lipedema. Esta condición provoca acumulación desproporcionada de grasa en piernas y brazos, acompañada de dolor, inflamación y problemas de movilidad, síntomas que pueden intensificarse durante la gestación.

Las mujeres embarazadas con lipedema requieren un seguimiento especializado. Se recomienda el uso de prendas de compresión graduada, ejercicios de bajo impacto como natación o caminatas suaves y, en algunos casos, drenaje linfático manual realizado por profesionales capacitados. Estas medidas contribuyen a mejorar la circulación, reducir la hinchazón y aliviar el dolor.

Desde el punto de vista emocional, el lipedema en el embarazo puede afectar la salud mental, generando ansiedad y estrés. El acompañamiento psicológico y la educación sobre la enfermedad son esenciales para empoderar a la paciente durante esta etapa. En el posparto, es común que los síntomas persistan o se agraven, por lo que es fundamental un plan de tratamiento integral que incluya fisioterapia, nutrición y evaluación médica especializada.

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