El lipedema progresa en diferentes estadios, cada uno con características específicas que afectan la apariencia y el bienestar del paciente. En el primer estadio del lipedema, la piel aún es lisa, pero se percibe un aumento del tejido adiposo en las piernas y los muslos. En esta fase, el dolor es leve y los síntomas pueden pasar desapercibidos.
En el segundo estadio del lipedema, la piel comienza a presentar irregularidades y nódulos de grasa, lo que hace más evidente la condición. El tercer estadio del lipedema se caracteriza por deformaciones visibles en las piernas y un endurecimiento de parte de los tejidos grasos. En esta fase, la movilidad puede verse afectada y el dolor se intensifica.
En el cuarto estadio del lipedema, la enfermedad se complica con linfedema, lo que provoca inflamación severa y dificultad para moverse. Reconocer los estadios del lipedema es clave para un diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz que evite su progresión.
