El diagnóstico de lipedema debe ser realizado por un especialista con experiencia en la enfermedad. Muchas personas con lipedema reciben diagnósticos erróneos, lo que puede retrasar su tratamiento y afectar su calidad de vida. Para un diagnóstico preciso de lipedema, el médico evalúa los síntomas clínicos, la distribución de la grasa y el historial del paciente. También se pueden realizar pruebas complementarias, como ecografías, para descartar otras afecciones. Un diagnóstico temprano permite abordar la enfermedad con tratamientos conservadores o quirúrgicos, según las necesidades de cada paciente. Si sospechas que podrías tener lipedema, busca un especialista para confirmar el diagnóstico y comenzar el tratamiento oportunamente.